Bajo los escombros de la ciudad siria de Jindris, tuvo lugar un milagro y como tal lo han bautizado. Aya, que significa "milagro" en árabe, es la bebé recién nacida que fue rescatada tras el terremoto de magnitud 7,8 que tuvo lugar en Turquía y Siria el pasado lunes 6 de febrero y que ya se ha cobrado la vida de más de 41.000. Su familia no corrió la misma suerte, pues su padre y sus hermanos fallecieron bajo los escombros, al igual que su madre, quien falleció al poco de dar a luz, cuando aún estaba unida a su hija a través del cordón umbilical en el momento del rescate.

Su peculiar ha despertado el interés de miles de personas alrededor del mundo... y también de grupos armados. En este sentido, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha emitido un comunicado este miércoles en el que denuncia que un grupo armado ha irrumpido en el hospital de Afrin, donde Aya se recupera, con la intención de raptarla. Esto ha sucedido hasta en tres ocasiones en menos de 48 horas. La ONG afirma que hay motivos económicos detrás de estos intentos de secuestro, llegándose a ofrecer "millones de dólares".

Según cuenta EP en palabras del observatorio, oficiales del Gobierno sirio de Bashar al Assad se habrían presentado en nombre de unos comerciantes de Damasco para adoptarla, asegurando que pertenecían a una organización benéfica. Más tarde, como pudieron verificar los médicos del hospital, la asociación estaba a nombre de Asmaa al Assad, la esposa del presidente sirio.

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En la misma línea, según cuenta Los Ángeles Times, uno de los funcionarios del hospital ha hablado sobre lo ocurrido, pero no ha querido dar su nombre por temor a las represalias. El hombre ha explicado que el director del hospital tenía sospechas de que una enfermera podría querer secuestra a Aya, ya que había sido vista tomando fotos de la bebé. Horas más tarde se presentó con los tres hombres armados.

"Como la infante ha tenido una gran interacción y conocimiento a través de las plataformas de redes sociales, el régimen intenta secuestrarla para pulir su imagen frente a los medios globales y afirmar que sucede en las áreas que controla", ha sostenido la ONG.

Desde el hospital niegan los hechos

Ante todas estas informaciones, el director de salud del hospital, el Dr. Ahmad Hajj Hassan, ha negado a la BBC que el intento de secuestro frustrado haya sucedido, aunque ha matizado que si hubo un incidente violento en el hospital de Afrin. "Las acusaciones de secuestro fueron un malentendido. Este fue un problema totalmente interno relacionado con el hospital y no tenía conexión alguna con el bebé", ha argumentado en el medio inglés.

Un rescate milagroso

El lunes pasado, el rescate de Aya se viralizó por lo impactante del momento: un hombre la sacaba en brazos y llena de polvo de entre los cascotes al mismo tiempo que se apresuraba para ponerla a salvo. "Llegó en muy mal estado, tenía golpes, moretones, mucho frío y apenas respiraba", cuenta a la BBC el pediatra que la atendió, Hani Marouf.

A día de hoy, la bebé "milagro" se encuentra estable, pero sigue ingresada en un hospital de la localidad siria de Afrin. El director del hospital, Khalid Attiah, ha contado a la BBC que su esposa se está encargando de amamantar a Aya, al mismo tiempo que lo hace con su propia hija de tan solo cuatro meses.

Lo milagroso del rescate ha hecho que el interés por Aya no deje de crecer en los últimos días. El Dr. Attiah relata para el medio inglés que desde el día que llegó al hospital no ha dejado de recibir llamadas preguntando por la adopción de la recién nacida. Algo que el doctor ha dejado claro que no sucederá, pues cuando salga del hospital se quedará al cargo de su tío abuelo, Salah al-Badran, según informa The Guardian.

Aya es uno de los incontables niños huérfanos que está dejando el terremoto que ha sacudido Turquía y Siria. Desde  UNICEF, la agencia de la ONU para la infancia, ha asegurado que no deja de seguir los casos de niños que se han quedado en situación de orfandad, a los cuales les proporciona ropa, alimentos y medicinas, mientras no dejan de intentar encontrar a sus familiares más allegados.